En la sociedad actual los medios de comunicación juegan un papel muy importante. Según el punto de vista desde el que se enfoque la información, ésta se puede interpretar de una manera o de otra. Y creo que no es necesario citar ningún ejemplo; seguro que a cada uno de nosotros se nos viene uno a la mente.
Los medios de comunicación están presentes en cualquier estamento de nuestras vidas: política, cultura, medio rural… y como no podía ser de otra manera, en el deporte; y más concretamente en el “nuestro”: el fútbol. Los encontramos representados en gran manera a través de la prensa escrita, radio y televisión. De ahora en adelante los vamos a pasar a denominar: “prensa”.
La prensa es capaz de ensalzar a un jugador, entrenador, presidente… incluso a un utillero, a un nivel estratosférico; o por el contrario, puede con sus críticas hundir a cualquiera de ellos. Es capaz de desestabilizar cualquier club a través de sus titulares, debates o comentarios. Actualmente tenemos un caso muy candente: el debate de la portería del Real Madrid.
En muchas ocasiones, es mayor el bombo y repercusión de las informaciones que da la prensa, de lo que realmente tiene y esto, los que hemos convivido en un vestuario de fútbol, ya sea de entrenador o de jugador, lo sabemos muy bien.
En el fútbol base la prensa juega un papel muy secundario, interviniendo sólo con algunos periódicos locales y radios. Toman un papel más mediático las redes sociales: páginas de los clubs, twitter, etc.
En las categorías de base cobra gran importancia la figura de los padres de “nuestros” pupilos. Esos padres que en mayor o en menor medida acuden a los entrenamientos y partidos y que realizan comentarios con otros padres y en casa con sus hijos.
Todo el mundo está en su derecho de comentar cualquier acción, tanto de manera positiva como de manera negativa. Pero es muy importante que reflexionemos un poco a la hora de emitir juicios, ya que podemos hacer explotar una bomba en cualquier momento.
Un ejemplo que nos ha podido ocurrir a cualquiera: Entrenador de categoría infantil de primer año: uno de los objetivos que se propone es que sus jugadores sean capaces de rendir en varias posiciones.
Tiene un niño que en alevines, jugando de delantero, metió 35 goles; este año va a comenzar jugando en banda, su repercusión en el juego al principio va a ser mucho menor: posición nueva y transición del fútbol 7 al fútbol 11. Su padre va a prácticamente todos los partidos y a partir del segundo partido de pretemporada, de camino a casa le comenta a su hijo que su posición es la de delantero, que es donde mete goles. El niño, como niño que es, es psicológicamente muy inestable y comienza a darle vueltas a la cabeza (aunque su entrenador haya dejado claro a los chicos el objetivo). La cosa queda ahí hasta el siguiente partido, con una semana de entrenos de por medio en la cual al niño, cada vez que no le salía algo jugando en banda, se le venía a la cabeza la frase de su padre: “tú eres delantero…”
En el siguiente encuentro el niño juega en banda y no le sale un buen partido y para colmo el equipo pierde 3-0. Su padre viendo el encuentro junto a otros padres, suelta el siguiente comentario: “no sé cómo va a ir la temporada… hay niños que no juegan en su sitio, no jugamos como el año pasado”. Ya está la bomba soltada y va a ir creciendo por el efecto bola de nieve y el entrenador va a estar en el disparadero a la mínima.
Como este ejemplo hay infinitos, tantos como jugadores y padres: ese niño juega más que mi hijo y es peor; se ha quedado fuera de la convocatoria y no se lo merece… y así hasta un largo etcétera. Como padres, ¿somos conscientes de lo que nuestros comentarios pueden influir nuestros hijos? Invito a todos los que sois padres a que reflexionéis un poco sobre ello, para que os deis cuenta de lo que vuestras palabras influyen en los niños. Con esto, no estoy diciendo que no se puedan emitir opiniones (positivas o negativas); pero lo que sí digo es que las críticas que emitamos la realicemos de una manera constructiva ya que de esta manera el primer beneficiado va a ser el hijo y posteriormente el colectivo. Estoy completamente seguro que a mis colegas de profesión les sucede como a mí: mi mayor crítico soy yo mismo.
Los entrenadores de fútbol base, tienen claros los objetivos a marcar para sus alumnos; teniendo en cuenta la edad, desarrollo, nivel, etc. Para ello se han estado formando específicamente.
Un aspecto que debemos cuidar como entrenadores es la información que llega a los padres. Para ello, un consejo que me permito dar a los entrenadores, es que desde la categoría infantil hacia abajo haya una reunión inicial con los padres, para dejar claros todos los aspectos y pautas a seguir durante la temporada. En categoría cadete y juvenil, los niños comienzan a ser más independientes y los que deben de tener claros los objetivos son ellos, para que luego se los transmitan a sus padres. Los técnicos lo que deben hacer es reforzar esta información que llega a los padres manteniendo una comunicación abierta con ellos.
Por aspectos como estos, digo que la “prensa” en el fútbol base son los padres. Estoy seguro que si dejamos actuar a los entrenadores (cualificados), al final se ven los resultados, que no siempre serán los de ganar partidos; eso es una consecuencia. Lo importante y primordial es la formación del niño.
AUTOR: JAVIER SANTOS COUSIDO.
LICENCIADO EN CC. ACTIVIDAD FÍSICA Y DEL DEPORTE.
ENTRENADOR DE FÚTBOL NIVEL I.
MONITOR DE FÚTBOL SALA.
RESPONSABLE DE LA “ESCUELA DE FÚTBOL-SALA PEÑACORADA”
ENTRENADOR DEL CADETE A DEL C.D EJIDO
Fuente:. Dinámica ganadora
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