viernes, 2 de octubre de 2015

LOS SABERES DEL ENTRENADOR

LOS SABERES DEL ENTRENADOR
ENTRENADORES Y DIRECTORES TECNICOS DE EQUIPOS DE FUTBOL. : Sus Saberes Humanos. 
por Fernando Contreras 

 

 0 - INTRODUCCION
El entrenador concita en su entorno y a su pesar las más disparatadas polémicas. El lo sabe y a ello se expone desde que inicia en esta apasionante profesión que libremente ha escogido. Nadie lo ha forzado a ser el centro de las discusiones, ni el, por supuesto, lo ha pretendido, pero la realidad es que, a su favor o en contra, con resonancias locales o nacionales, vive su trabajo sin apenas un respiro de intimidad o de sosiego. Si triunfa no le dejara tranquilo su popularidad, avara de su tiempo y de sus dedicaciones personales. Si fracasa se vera obligado a rehacer sus maletas y conseguir acomodo transitorio, una vez mas, en otros lugares, por que por lo visto no hay para el reposo o lugar idóneo mas o menos definitivo.
Y todo, o casi todo, por que el balón no ha querido entrar por unos palos, ya que las mas de las veces no se pone en entredicho ni su honradez profesional ni su categoría y buen hacer técnicos. Se trata de una cuestión de resultados inmediatos. Y es curioso, y hasta dramático, percibir como a ningún otro profesional, en nuestra vida contemporánea, se le exige esta adecuación perentoria  <TRABAJO- ÉXITO>, y como solamente al entrenador se le culpa de los fracasos de los demás, cuando el no se cansa de repetir que los resultados positivos, cuando los obtiene, son producto del esfuerzo de sus jugadores. De manera que el entrenador atribuye su éxito a los otros y, por el contrario, se ve personal y únicamente responsabilizado de los fracasos. Curiosa y alarmante relación profesional esta, que deja solo al entrenador frente a cometidos y resultados profesionales que implican a muchas personas.
Pero así esta el fútbol, y no tiene trazas, por el momento, de cambiar a mejores, al menos mas justas, perspectivas en la valoración del esfuerzo de los entrenadores. Por otra parte, sabemos que no siempre son los resultados negativos los que provocan la caída de un entrenador, hay otras razones que conocen los interesados y que unas veces se dicen y otras se ocultan. No entrare en ellas, pertenecen a ese secreto que celosamente se guarda para evitar males mayores, o ya se han hecho publicas y no vale la pena que insistamos en explicar sus detalles.
Al entrenador le urge fundamentalmente dos cuestiones: saber de todo lo que esta relacionado con el fútbol y saber de todos los que están comprometidos con el en el trabajo de equipo.
  • SABER DE TODONo lo tiene fácil los entrenadores, por aquello de que, al ser responsables únicos de su equipo, tienen que soportar la critica de quienes no saben matizar lo que corresponde a cada uno en el seno del club. Los entrenadores, por lo visto, tienen la culpa de todo. Y el entrenador que se ve de esta manera acosado sin descanso en su tarea se siente motivado a saber de todo, a no quedar satisfecho con lo que sabe o con lo que ha experimentado hasta el momento, y a mantener viva siempre su inquietud por las novedades técnicas que de continuo se están produciendo en el mundo. El entrenador que se colocara de espaldas al desarrollo de la ciencia aplicada al fútbol, acarrearía además de su desprestigio profesional, la decadencia progresiva del fútbol convertido, desde la ignorancia, en un deporte rutinario y sin reclamo emocional del espectáculo.

  • SABER DE TODOSNo le basta al entrenador ese conocimiento científico, tiene que esforzarse por llegar a esa sabiduría, a ese contar en la práctica con las posibilidades que le ofrecen todos los hombres que constituyen su equipo. De nada le valdrían los tesoros de ciencias acumulados en su mente, ni los años pródigos en experiencia de su anterior vida futbolística, s la hubiera tenido, si no contara con ese saber de todos y cada uno de los jugadores que integran su plantilla y de quienes, junto a el, participan en las tareas técnicas de la preparación del equipo.
    Ser entrenador significara ante todo ser conocedor, aprovechador y conductor de hombres, afirmaciones que no revelan una esclavitud como si los jugadores fueran mercancías de quita y pon en manos de unos técnicos que buscaran únicamente su provecho, sino en realidad, incuestionable ya, de que si el entrenador se mantiene distante de sus hombres, o los desconoce, o no dialoga con ellos, o no acierta a dirigirlos, o no cuenta con sus aportes y sugerencias, jamás conseguirá el éxito deseado.
    Cuando se lleva a cabo el análisis de los resultados, tanto positivos como negativos, que consigue un equipo, rara vez se contempla esa dimensión saber de todos que caracteriza a un entrenador y que es causa principal de los éxitos y de los fracasos de una temporada. Figura poco el entrenador como dirigente de hombres en las valoraciones que los criterios asignan a las tareas de un equipo. Se habla de sistemas adecuados, de juego defensivo o de juego ofensivo, de escasa preparación física, de trabajo con la cantera, de fichajes que dieron resultados, pero apenas de cómo se trato a los jugadores. Y fijar esta relación entrenadores- futbolistas es una de las prioridades que deberíamos tener presentes a la hora de mejorar nuestro fútbol.

  • Técnicos en fútbol : son todos los especialistas en temas futbolísticos: un estudioso del fútbol, entrenador o no, pero preocupado por las cuestiones que conciernen a este deporte. De esta forma incorporaríamos a la actividad y a la participación técnica directa a personas de reconocido prestigio que optaron en su momento por vincularse con el fútbol pero desde otras responsabilidades que no fueran las típicas de un entrenador. La complejidad creciente de los asuntos humanos y deportivos que atañen al futbolista dificulta y supera las posibilidades de trabajo de un único entrenador y reclama el apoyo de otros especialistas. El fútbol los necesita.
  • Entrenadores : son por encima de todo técnicos en fútbol y como su nombre lo indica preparan, adiestran, entrenan al equipo ensayando todo aquello que les proporciona luego exactitud y eficacia. Son los responsables directos de la marcha del equipo en la competición, figura central del grupo, el interlocutor autorizado ante la junta directiva, el que decide las últimas o definitivas instancias de cuantas resoluciones se adopten por el equipo. Y son los que responden con su contrato de los éxitos o de los fracasos de todos los que dan vida técnica al club.
  • Directores de equipo : son técnicos en fútbol que podrían encajarse de los cometidos propios de la dirección del equipo sin ocuparse necesariamente de su entrenamiento. Esta figura del director de equipo, inviable o desconocida entre nosotros, diferencia la responsabilidad técnica de quienes actúan con soltura, tal vez sin nerviosismo en tareas propias de la enseñanza futbolística, al fin y al cabo todo entrenamiento supone una relación pedagógica entrenador- futbolista, de la que aquellos que polarizan su esfuerzo hacia la dirección inmediata del equipo que esta jugando un partido.


 1 - ENTRENADORES: SU PROPIO YO
No esta reñida de que el trabajo del entrenador ha de estar vinculado al proceder de todos sus jugadores con el reconocimiento de que también el tiene una personalidad individualizada, con rasgos concretos que se resisten a ser confundidos con los de sus jugadores. Todo esto quiere decir que a estas características cada uno tendrá que añadir su propio carácter, su forma peculiar de sentir la vida y la competición, sus relaciones familiares que le distinguen de otros en sus mismas condiciones de profesionalidad, sus aspiraciones legítimas.
Responsabilidad múltiple.
La multiplicidad de tareas que la corresponden al entrenador rebasa la capacidad de análisis, un tanto simplona, de quienes identifican su deseo con la realidad. Y querer no es poder, por mucho que apretemos los puños y nos digamos palabras de elogio. Habrá momentos que requieran ese esfuerzo de voluntad que todo lo supera, y habrá momentos que, por mucho que lo intentemos, nos superaran hasta el fracaso total. De ahí que tener una conciencia clara y honesta consigo mismo de las posibilidades que están al alcance de la mano sea una cualidad digna de cualquier entrenador.

Competencia y especialidades.
Una cosa es que deseemos lo mejor para los entrenadores, su competencia en todos los asuntos mas directamente relacionados con su cometido, y otra muy distinta que les agobiemos de responsabilidad y de conocimientos como si fueran la enciclopedia viviente del fútbol. Se les exige saber de todo y de todos, pero principalmente tendrían que saber de si mismos, cual es su competencia primera, su punto fuerte sobre el que sentar las restantes responsabilidades.
Competencias típicas de un entrenador por lo que refiere a sus factores humanos podrían ser :
  • Un yo emocionalmente estable.
  • Un yo extrovertido y equilibrado.
  • Un yo capaz de ordenar, planificar y organizar.
  • Un yo abierto y comprensivo de la realidad que lo rodea.
  • Un yo autocritico.
  • Un yo profundamente motivado.
  • Un yo con valor centrifugo.
  • Un yo conciliador.
  • Un yo curioso.
  • Un yo seguro racionalmente de lo que hace.

Metodología especifica o el dialogo necesario.
Trabajar junto a los jugadores supone en primer lugar mantener permanentemente con ellos la vía de la comunicación mas expedita, mas espontánea y aun mas científica que cabe, la del dialogo. Si el entrenador no habla con sus jugadores, y me refiero a un lenguaje continuo, variado, familiar, razonado, resultara poco menos que imposible aunar voluntades y competir de común acuerdo. En el dialogo pedagógico el entrenador desarrolla su actividad por medio de:
  • Una información exacta.
  • Una explicación razonada.
  • Una demostración y un ensayo precisos.
  • Repetición y perfeccionamiento.
  • Pausas para la asimilación.

SEGUN SUS POSIBILIDADES
Lo posible marca la pauta de las conductas de los entrenadores. Las posibilidades de cada entrenador se identifican con su realidad, pasado un cierto tiempo de contraste y verificación de los datos obtenidos.

Interés por el jugador
La primera cuestión sobre las posibilidades de cada entrenador, sobre lo que puede hacer, sobre lo que puede conseguir, se basa y se define en el interés que el entrenador manifieste por sus jugadores, el entrenador no descubre sus posibilidades a partir de si mismo sino a partir de los otros con quienes comparte casi toda su responsabilidad, ósea, los futbolistas de su equipo.
Los cauces concretos en el trabajo de un entrenador son:
  • Cauce de la autoridad o del mando.
  • Cauce de la reflexión.
  • Cauce del cálculo.
  • Cauce de la protección.
  • Cauce de la crítica.
  • Cauce de la afirmación


 3 - ASPECTOS PERSONALES Y VOLITIVOS DEL ENTRENADOR DE FUTBOL
Dinamico : relativo a la fuerza cuando produce movimiento: efecto dinámico, activo, enérgico: hombre dinámico.
En un mundo como el nuestro, donde el fútbol muchas veces adquiere resonancias desmesuradas, el “yo publico” del entrenador podría crearle muchas dificultades si se volcara en el y se distrajera con problemas superficiales que nada tienen que ver con su trabajo. Poco importa la imagen de ese yo del entrenador, su configuración externa que no añade nada a su personalidad. <que se hace poco o mucho de el, que le hagan pocas o muchas entrevistas, no significa que el entrenador sea mas o menos competente. Su competencia no estará nunca en función de las veces que se le cita públicamente, asomado a los medios de comunicación como de quien no dispone de otras credenciales para ser conocido que las que le prestan los de afuera.
Competencias típicas de un entrenador por lo que se refiere a sus factores humanos podrían ser :
  • Emocionalmente estable.
  • Extrovertido y equilibrado.
  • Capaz de ordenar, planificar y organizar.
  • Autocritico.
  • Conciliador.
  • Curioso.
  • Seguro.

Comprensivo : que tiene la facultad de entender, tolerante, indulgente, que comprende, contiene o incluye.
Amable : digno de ser amado, afectuoso, afable.

Dialogo pedagógico.
De forma natural, espontánea, el entrenador desarrolla su actividad docente todos los días. Su yo no puede hurtarse al magisterio de los grandes y pequeños proyectos, de los detalles, de las correcciones, de los múltiples ensayos de la estrategia futbolística y del intercambio de pareceres a propósito de todo lo que les ocurre a sus jugadores. Aun sin proponérselo el entrenador es un pedagogo. Y esta calificación, que llevara consigo mientras permanezca en su trabajo, le sitúa en una posición dentro del grupo privilegiada, responsable y exigente, porque tendrá que ejercer como tal pedagogo. Al entrenador le toca fijar directamente la vida misma del equipo, hablar, comentar, discutir, dialogar con todos. El procedimiento del “ordeno y mando” daria al traste con todas las previsiones de éxito posibles.

Organizar : fundar, establecer, preparar, orden o arreglo.

Posición central en el equipo: Liderazgo.
Mucho se ha escrito, y sigue aun escribiéndose, sobre los líderes, jefes, cabecillas, guías o dirigentes, y cada uno de los de los que se refiere a este asunto justifica su existencia, y sobre todo fundamenta su trabajo, esgrimiendo argumentos de orden, de autoridad, de centralización de funciones, de eficacia laboral o de organización responsable. Todas esas reflexiones nacen en un contexto político o militar y se aplican a otros ordenes de la vida sin apenes matizaciones y diferencias. De ahí que al citar la palabra líder sea lógico que se nos hagan presentes esas connotaciones de rechazo de plano. Respeto todos esos estudios, todas esas valoraciones que tendrán su justificación en otros campos de la vida social, pero que no sirven a la hora de presentar a los entrenadores como lideres en sus equipos. La presencia humanizadora del entrenador, centro si del equipo por su misma definición profesional, pero agente principal de las decisiones que otros van a tomar en su lugar. Los jugadores no son robots despersonalizados a sus ordenes, si en cambio realizadores libres de las decisiones que toma el entrenador con el beneplácito del equipo. En la medida en que el entrenador- líder rehuya su calificativo de entrenador- turbador encontrara mas aceptado entre otros y por todo su papel de hombre central en el equipo.

Credibilidad : calidad de creíble. Creíble: digno de ser creído. Creído: confiado, engreído, vanidoso.

Interés por el jugador.
Cauce de la autoridad o del mando : el interés que despierta en el entrenador la respuesta de sus futbolistas acentúa sus dotes de mando, es decir, le gusta mandar y ser obedecido, o prefiere compartir su autoridad con la respuesta creativa de sus jugadores?, el entrenador se descubrirá como autoritario, entendiendo la autoridad como personalidad rica en matices, o como ordenancista, imponiendo sus puntos de vista. La primera posibilidad de un interés a favor del compromiso libre y convencido del jugador le reportaría mayores posibilidades de triunfo que la segunda, basada en el control de las actitudes de sus jugadores.

  • Recopilado y extraído del libro “HOMBRES PARA EL FUTBOL” del autor Santiago Coca.
Fuente:. Escola de futbol

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