Ignacio Osuna Crespo.
Afiliación: Psicólogo deportivo. Colaborador de Patricia Ramírez
Resumen
Objetivo. En el presente artículo se podrán ver reflejadas cuáles son algunas de las funciones principales que desempeña el psicólogo/a como parte integrante del cuerpo técnico de un equipo de fútbol en categorías inferiores, las variables psicológicas con las que trabaja y los diferentes ámbitos sobre los que interviene como parte de la institución a la que representa. Planteamiento.La intervención del psicólogo/a comienza con el trabajo a nivel individual y grupal con los jugadores, unido a una estrecha colaboración profesional con el cuerpo técnico, además deun tiempo dedicado a la formación de los familiares de los jugadores. Resumiré las diferentes formas de actuación del psicólogo/a y su funcionalidad para mejorar tanto las capacidades y aptitudes de los futbolistas así como para ser un nexo de unión entre familia, cuerpo técnico y jugadores, ayudando de esta manera a que éstos últimos adquieran una formación basada en valores como deportistas y por supuesto, que disfruten de este deporte llamado fútbol. |
Palabras clave: equipo interdisciplinar, variables psicológicas, valores, establecemiento de objetivos
INTRODUCCIÓN.
La Psicología Deportiva es la rama de la psicología que estudia el comportamiento humano cuando la persona se encuentra realizando una actividad física en un determinado contexto deportivo. Es a través de este estudio mediante el cual el psicólogo puede prevenir, detectar e intervenir en las conductas que dan lugar a un rendimiento deportivo adecuado -en el caso de los deportistas en general-, u óptimo -si trabajamos con deportistas que son o quieren ser profesionales-.
Seguramente si a un jugador de 9 años, a su entrenador, padre o incluso a ti mismo te preguntaran la influencia que tiene la mente en el rendimiento sobre el terreno de juego, la respuesta sería positiva con toda seguridad. Sin embargo cuando le preguntas ese mismo jugador de 9 años que cuánto entrena su mente diaria o semanalmente te dirá que muy poco o nada.
El psicólogo deportivo del fútbol base, como parte íntegra del cuerpo técnico y organigrama de la institución deportiva, se dispone a dar respuesta a las diferentes necesidades cognitivas, emocionales y conductuales que presente el jugador (Cantón, 2010). Ni que decir tiene que ya desde las categorías inferiores se pueden empezar a dar respuestas a estas necesidades.
El psicólogo/a, como un miembro más del cuerpo técnico de un equipo de fútbol base, es mucho lo que debe aportar y aporta para que los jugadores, entrenadores y familiares sepan cual es la mejor forma de actuar ante las diferentes situaciones que se pueden presentar antes, durante, y después del partido. En el presente artículo y de manera resumida, mostraré los ámbitos de intervención más importantes de cara al buen funcionamiento psicológico de las diferentes partes que componen o tienen relación con un equipo de fútbol base.
PLANTEAMIENTO.
EL PSICÓLOGO EN PRETEMPORADA
El comienzo del trabajo psicológico se inicia en la pretemporada, espacio en el que dedicar un tiempo a desarrollar la programación de las intervenciones de los profesionales que componen el cuerpo técnico del equipo. Como es natural, esto requiere de un trabajo interdisciplinar para que cada profesional escuche las directrices que el entrenador (el líder) quiere seguir. Una vez escuchadas, es el momento de aportar cómo intervenir para que ese trabajo quede planificado y pueda desarrollarse eficazmente durante toda la temporada.
Normalmente, y una vez hecha una programación de la temporada, al centrarnos en el aspecto psicológico, la primera intervención que realizamos es con cada jugador de manera individual, llevando a cabo una breve entrevista de la que obtenemos sus inquietudes, motivaciones, y situación personal y académica. Dedicamos este primer encuentro a que nos manifiesten su “ilusión” por este deporte. En muchos casos seremos los profesionales los que les demos una “pequeña ayuda” para que ellos descubran todos los beneficios que el fútbol puede ofrecerles en su vida. También utilizamos esta primera sesión para darles a conocer términos relacionados con la actitud que como institución queremos fomentar, serán palabras significativas que les acompañarán durante toda la temporada como pueden ser compañerismo, equipo, esfuerzo, disfrutar, disciplina, compromiso, honradez, etc.
He de decir que ni hay ni tiene porqué haber una misma metodología de trabajo en todas las categorías del fútbol base, ya que por ejemplo en categorías como prebenjamin o benjamín es complicado e incluso innecesario toda aquella intervención que vaya más allá de fomentar el despertar de su creatividad, o que tanto cuerpo técnico como padres sirvamos como modelos de valores y de comportamiento dentro y fuera del campo. Por tanto, siempre aprovechamos estas categorías para que en los jugadores nazca esa ilusión de compartir un juego con sus compañeros, socializarse, ponerse la camiseta y sentirse incluidos como parte de un equipo, adquirir una posición dentro del campo, seguir las indicaciones de un entrenador, y poco a poco ir estableciendo unas directrices que les ayuden a formarse como personas y futbolistas.
Ya a partir de las categorías alevín, infantil y las sucesivas, además de continuar con el trabajo que comenzamos en categorías de menor edad, también se utiliza la pretemporada para intervenir de manera tanto individual como grupal y con ejemplos muy prácticos sobre cuáles son las variables que les ayudan a mejorar su rendimiento como futbolistas. Por ejemplo, podemos explicar y mostrarles cuán importante es la variable psicológica confianza y cómo trabajarla a través de nuestros pensamientos. Es el momento adecuado para que comiencen a utilizar el autodiálogo, es decir, palabras o frases que ellos mismos construyen (con nuestra supervisión) para poder tanto prepararse para un partido como para recuperase mentalmente de situaciones desfavorables que se den en los partidos, por ejemplo si tenemos un marcador en contra es el momento de decirnos “No pasa nada, seguimos con nuestro juego y el gol va a llegar”. Digamos que comenzamos a fomentar que su mente adquiera un valor importante en el partido, que no sea ir a jugar “sin más” y todo quede ahí.
Una vez explicadas brevemente cuáles son las variables psicológicas que intervendrán en el rendimiento (confianza, motivación, concentración, control de la activación, inteligencia emocional, etc.), el jugador comienza a estar preparado para fijar los objetivos que como deportista quiere obtener tanto a corto como a medio-largo plazo. El establecimiento de objetivos tienen un valor primordial para que la motivación del jugador esté y se mantenga en lo más alto durante toda la temporada,. Un ejemplo de objetivo a corto plazo (semanalmente) podría ser el mejorar en remate de cabeza, ganar en intensidad en los entrenamientos, llegar puntual, etc. Por otro lado, un objetivo a medio-largo plazo (temporada) sería conseguir chutar a puerta con igual precisión con las dos piernas o mantener una buena colocación en el campo (a veces complicado en estas categorías). Pues bien, todo este trabajo se inicia en pretemporada y se mantiene durante toda la temporada, dedicándole cada semana un tiempo tanto para ver si se consiguen estos objetivos y en qué medida, como para buscar nuevos objetivos que alcanzar.
Es también en la pretemporada cuando se dedica un tiempo a dar sesiones de formación a padres para recordar cuál va a ser la forma de trabajar desde dentro de la institución deportiva, y por supuesto cuál debe ser su continuación en la familia a través del comportamiento y ejemplo con sus hijos.
Por último, es durante este período cuando tienen lugar las reuniones del psicólogo con el resto del cuerpo técnico para establecer el método de trabajo que se va a desarrollar durante la temporada.
INTERVENCIÓN DEL PSICÓLOGO DURANTE LA TEMPORADA
Ante todo, y para que quede claro, debo hacer una pequeña mención sobre el trabajo psicológico en el mundo del fútbol, ya que en la actualidad, quizás se ha malinterpretado la función de la psicología en la base y fútbol en general puesto que en ocasiones, se entiende como una solución de urgencia ante situaciones complicadas. Sin embargo, muy lejos de estas afirmaciones, la intervención psicológica no sólo se efectúa en situaciones concretas o de crisis sino más bien todo lo contrario, ya que nuestra mejor intervención durante esta edad temprana es mediante el fortalecimiento de rutinas de comportamiento adecuadas además de la prevención de situaciones mentales desfavorables para los jugadores.
Un buen trabajo psicológico comienza también con una importantísima función como es la observación directa. El psicólogo debe estar presente en los entrenamientos y partidos analizando las diferentes situaciones que se puedan presentar y evaluando la progresión tanto de los jugadores como del cuerpo técnico.
Ya introduciéndonos en el trabajo con los jugadores, como dije anteriormente, las variables psicológicas que influyen en el jugador en esta edad temprana son la confianza, motivación, concentración, inteligencia emocional o el control de la activación principalmente. Trabajamos sobre estas variables porque con ellas, los jugadores verán incrementada su autoestima, podrán hacer frente a sus miedos, mejorarán en su toma de decisiones adecuadas al realizar cualquier acción, y además lograrán crear un autoconcepto positivo tan sumamente importante en esta edad.
En una misma dirección cobran un especial sentido aquellas técnicas psicológicas (unidas a muchas de las variables) como la relajación, respiración, visualización, parada de pensamiento, etc., que ayudarán a que dichas variables psicológicas sean trabajadas con la máxima eficacia, o dicho con un ejemplo, si el jugador quiere mantener por ejemplo una alta confianza (variable psicológica) durante todo el partido tendrá que aprender a parar los pensamientos (técnica) que le perjudiquen y reconducir dichos pensamientos hacia el positivismo que le haga volver al partido lo antes posible. Ante el fallo podemos decirnos de manera reiterada a nosotros mismos “hoy no me sale nada, la siguiente seguro que la fallo”, pues bien, para volver a generar confianza en nosotros mismos, la parada de pensamiento, un “stop”, ¡¡basta!!, ¡¡ya vale!!, para a partir de ahí comenzar a decirnos, “la siguiente va a salir”, “estoy bien y confío en mi”, etc.
Durante la temporada, todas estas variables de las que hablo se trabajan de forma individual y grupal con explicaciones y la realización de ejercicios. Digo bien, realización de ejercicios, la psicología te ayuda mucho más cuando se trabaja con lápiz y papel, ya que es la mejor manera de poner en funcionamiento la mente del jugador para que por sí mismo (siempre teniendo como referencia las explicaciones recibidas) y basado en su breve experiencia pasada pueda evolucionar y mejorar en aquella variable que se proponga. Las soluciones a los problemas o dificultades es mejor alcanzarlas por uno mismo, ya que si te vienen impuestas por alguien pueden no tener la relación esperada y no ayudar lo suficiente.
El trabajo individual tiene lugar en el despacho del psicólogo, donde pueda haber una interacción profesional-jugador al margen del equipo, y basada en aspectos concretos que el cuerpo técnico o el jugador observen que se pueden mejorar o potenciar. Si por ejemplo se observara que el jugador tiene falta de concentración en los partidos, por ejemplo perdiendo su posición continuamente o abandonando su marca, trabajaremos con ejercicios que irán destinados a mejorar la misma para que cuando salte al campo pueda fijar su atención de manera adecuada.
También en ocasiones las intervenciones se realizan a pie de campo (si el entrenador lo viera conveniente) a través de la realización de ejemplos en vivo para saber cómo reaccionar ante determinadas situaciones y así quede marcada esa pauta de actuación para sucesivos acontecimientos similares. Una intervención a pie de campo puede ser, por ejemplo, relacionada con la inteligencia emocional, esa que nos ayuda a controlar nuestras emociones y reacciones aunque la situación no sea del todo favorable. Véase el caso de un jugador que en un entrenamiento ha tenido una disputa con el otro porque el compañero que le roba el balón ha sido “más agresivo” de lo normal. El psicólogo/a en este caso puede dar una serie de indicaciones para que el jugador no se “salga del entrenamiento”, primero una indicación relacionada con la respiración que lo devuelva al equilibrio fisiológico, fijarle un tiempo determinado para pensar que se va a decir, cómo decirlo, o si no se debe decir nada, e indicar un tiempo máximo para volver a ocupar tu posición y volver al entrenamiento.
Por otro lado se encuentra el trabajo grupal, que se realiza a través de intervenciones en un espacio habilitado para las mismas o incluso en el mismo vestuario (esto ayuda a que no se vea al psicólogo como un ente extraño o al margen del cuerpo técnico) y en donde se desarrollan sesiones formativas principalmente relacionadas con la variable psicológica que más puede beneficiar de cara al momento de la temporada en el que se encuentre el equipo, o incluso centrándonos en aquella o aquellas variables que sean las que más nos ayuden de cara al partido más próximo. Normalmente, antes de decidir qué variable trabajar en grupo siempre se tiene en cuenta la opinión del entrenador, ya que aún no siendo experto en psicología, también es su misión saber qué es lo que necesita el equipo y qué puede ayudar. Por tanto, normalmente después del diálogo se llega a un consenso en beneficio del grupo.
Este espacio, al igual que el trabajo individual también sirve para coger lápiz y papel y ponerse a realizar diferentes ejercicios, no sólo a recibir información. Indicar que es indispensable la utilización de recursos audiovisuales ya que “una imagen vale más que mil palabras” y más cuando son edades tempranas puesto que de lo que se trata es que el jugador aprenda de manera divertida y amena. No podemos permitirnos que el momento dedicado a la psicología sea aburrido o indiferente para ellos, sino un momento en el que aprendan a través de una metodología lúdica.
Fuente:. UnderSoccer
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