Queridos padres y madres:
Como todos sabéis, la familia es la
influencia más importante en la vida de un jugador. Es el ámbito donde el joven
jugador aprende y desarrolla las destrezas para la vida y los mecanismos para
afrontar las demandas del deporte competitivo.
La familia, además,
proporciona el ambiente social principal donde el jugador puede desarrollar una
identidad, una autoestima y la motivación necesaria para el éxito deportivo.
Los deportistas de éxito, a
menudo, tienen familias que les proporcionan estímulo, disciplina, valores de
logro y, sobre todo, amor y apoyo.
Por otra parte, no debemos olvidar que la autoestima de los niños
se basa principalmente en lo que ellos oyen de sí mismos procedentes de otra
gente, especialmente de los padres.
Por eso,cuanto más cosas positivas escuchen sobre ellos mismos,
mayor será la posibilidad de que desarrollen una autoimagen positiva.
Desafortunadamente, el rendimiento del jugador puede ser influido negativamente
por una excesiva o una ineficaz influencia familiar y hay niños muy sensibles a
la crítica porque, en la mayoría de los casos, no han recibido mucha atención positiva.
Consecuentemente, su autoconfianza y autoimagen son bajas, están
prestos a dudar de sí mismos con rapidez, y están dispuestos a admitir como
válida cualquier cosa negativa que hayan podido escuchar sobre ellos.
Justo es pensar, pues, que las demandas parentales pueden favorecer
una atmósfera de normas rígidas y de expectativas irreales.
El Triángulo Deportivo formado por el jugador, el entrenador y los
padres es básico en la formación integral del joven jugador. Ese Jugador
Invisible que sois vosotros/as es fundamental en el desarrollo de la autoestima
deportiva y personal de vuestro hijo.
Los padres podéis ejercer un
papel fundamental como educador si fomentáis la actividad deportiva con el
mismo tipo de estímulos y de reacciones positivas que utilizáis en otros
ámbitos de formación.
Corregir es importante,
pero estimular debería ser la norma. Por ello, debéis dejar las decisiones
concretas en manos de los especialistas y responsables deportivos, sin injerir
en la tarea de estos.
No es conveniente crear
expectativas irrealistas, ni subestimando ni sobreestimando, y, especialmente, hay
que evitar ejercer presiones sobre el joven.
Asimismo, no olvidéis
educar el fair-play; asistir a los partidos como meros acompañantes, celebrar
los éxitos y restar importancia a los fracasos
y, sobre todo, transmitir al joven deportista vuestra proximidad
afectiva.
En este sentido, una de las principales
peticiones de los padres y madres de los jóvenes deportistas se relaciona con
el hecho de ser orientados en el tipo de relación que deben mantener con su
hijo en cuanto jugador.
Precisamente, esta es la razón de ser de esta Guía, una Guía que pretende
ser el primer paso de un programa informativo y formativo dirigido a los padres
y madres de los jugadores de las diferentes categorías
Creo que es una sobresaliente contribución, necesaria y amena, que
espero sea de gran utilidad.
Además, como padres y madres de nuestros jugadores el papel que
podéis desarrollar es de una importancia capital. Esta consideración abarca el
esfuerzo que debéis hacer en tiempo empleado, en energía emocional, en
reorganizar vuestro sistema familiar y, hasta en ocasiones, en los gastos
derivados de los viajes siguiendo a vuestros hijos. Nuestro agradecimiento más
sincero.
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