El deporte es una de las pocas circunstancias de la vida del niño en
la que participa intensamente en una actividad que tiene consecuencias para él
mismo, sus compañeros, su familia y la propia comunidad.
Para la mayoría de los niños, la participación deportiva llega a
un nivel máximo en torno a los 12 años, y, según explican los expertos, esa
edad es decisiva para el establecimiento de la autoestima y el desarrollo
social.
Por este motivo, la experiencia deportiva puede ser un factor
decisivo en la formación de la personalidad y en el desarrollo psicológico de
tus hijos.
De ahí la importancia de elaborar programas de educación física
segura y psicológicamente saludable para ellos.
Ahora bien, la práctica del
deporte no es algo que beneficie a los niños de manera automática.
El desarrollo del carácter, el liderazgo, la deportividad y las
orientaciones de logro no tienen lugar mágicamente por el mero hecho de
participar.
Esas ventajas siguen a una supervisión adulta competente a cargo
de responsables que comprenden a los niños y saben como estructurar programas
que les proporcionen experiencias positivas de aprendizaje. Una supervisión
competente (deportiva, médica, psicológica, pedagógica, etc.)
Así pues, si lo que deseas es contribuir eficazmente a que tus
hijos se desarrollen como personas a través del deporte, compórtate como un
auténtico padre o madre “DE PRIMERA” y
no olvides que tienes la responsabilidad de:
Ayudar a tu hijo/a en la elección del deporte que va a practicar a
partir de dos principios: cada niño es importante, cada niño es diferente. No obligues a tu hijo/a a practicar un deporte que
no desea. Aunque posea la técnica, la destreza y los recursos necesarios para
triunfar, si no le orientas, le ayudas y le apoyas, corres el peligro de que no
se implique lo suficiente, de que no se esfuerce demasiado, de que no preste
atención, en suma, de que se aburra y dificulte el aprendizaje del resto del
equipo.
Facilitar la participación deportiva de tu hijo/a colaborando
activamente en las diferentes actividades, además unas instalaciones, un cuerpo técnico, unos servicios,
una filosofía y un proyecto que están a la altura de tus mejores deseos y expectativas,
por este motivo debes hacer todo lo que esté en tu mano para que tu hijo/a se
sienta satisfecho y orgulloso de pertenecer a un Club
Asistir y participar en todos aquellos programas, talleres y
charlas que el
Club organiza para orientar a los padres y madres en el tipo de
relación que deben mantener con sus hijos como deportistas, sobre todo si
quieren lograr que estos disfruten con la práctica de su deporte favorito y
lleguen a ser buenos jugadores.
Interesarte por las actividades deportivas de tus hijos.
El hecho de que los niños puedan hablar con los padres de sus
experiencias deportivas positivas y negativas constituye una buena prueba del
interés paterno por lo que hacen sus hijos.
Cuando los padres saben escuchar y dar buenos consejos, aplauden
el esfuerzo y se preocupan más por cómo se lo pasa el niño que por los
resultados que obtiene, el apoyo familiar proporciona autoconfianza para
intentar nuevos retos.
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