En este artículo me gustaría transmitir mi opinión a cerca de los jugadores que parten desde el banquillo y valorar la inmensa importancia que tienen en un equipo. Hay jugadores incapaces de interpretar esa importancia y entrenadores que no quieren o no saben transmitirle al jugador lo fundamentales que son.
No me gusta utilizar la terminología de jugador “titular” y jugador ” suplente”. No me gusta como entrenador y no me gustaba como jugador. La mayoría de las personas utilizan la palabra “suplente” como algo secundario, menor e incluso a veces peyorativo. Gente no de fútbol. Me niego a admitir que dentro de un vestuario pueda ocurrir esto, pero si que hay que aceptar que el jugador que es “suplente” no se considera tan importante como el “titular”. Mal asunto.
Personalmente, la terminología que me gusta usar es la de jugadores que salen de inicio y jugadores que salen con el partido empezado. Rehuyo de la palabra titular y suplente con el objetivo de mandar mensajes que fomenten la igualdad y la cohesión del grupo y la motivación y la fortaleza mental a nivel individual.
Es una realidad que, normalmente, la mayoría de los partidos se deciden en las segundas partes, en tramos donde hay cambios de jugadores. Es algo que se repite con frecuencia los fines de semana, pero que el jugador raramente analiza. Es trabajo de entrenador hacer ver y entender al jugador que hay veces que jugar por ejemplo 30 minutos es mejor que jugar 60. No sólo para el equipo, sino para él. Tarea difícil la del entrenador. No se trata de engañar, se trata de argumentar, analizar e informar. Habrá jugadores que jueguen 30 porque no hay confianza en ellos, porque se considera que no tienen capacidad ( física, técnica, táctica o psicológica) para más… Por lo que sea. El caso es que muchas veces un jugador queda en el banquillo porque prevemos que puede ser decisivo, importante en el tramo final del partido, que su ayuda pueda cambiar cosas, mantener otras, afianzar algo, puede ayudar a que el equipo sea más competitivo en el momento clave. Ningún jugador abrazará a su entrenador por jugar 30 en vez de 60, no se trata de eso, se trata de como máximo responsable del grupo cumplir con las obligaciones del puesto y una de ellas es tener a los jugadores metidos en el bien colectivo para que el tiempo que actúen en el campo tengan las mejores intenciones posibles. Para conseguir esto veo fundamental lo que yo llamo la evaluación periódica del jugador que es algo tan simple como mantener conversaciones individuales con todos los jugadores cada cierto tiempo, en mi caso cada mes aproximadamente. El objetivo es hablarles de su rendimiento en los entrenamientos, en los partidos, hacer critica constructiva, consolidar ciertos comportamientos y actitudes, motivarlos, hablarles claramente y sin tapujos de su situación actual. Mi experiencia me dice que actuando así, es raro que el jugador no sume intenciones al grupo, no hablo de acierto, hablo de intenciones, de buenas intenciones. Si con la evaluación periódica vemos que el jugador no suma intenciones, lo mejor es que en la siguiente charla se establezcan las bases para una posible salida del equipo. Todos ganan: jugador, entrenador y EQUIPO.
Todos los entrenadores visualizamos el partido mil veces durante la semana. Hacemos mil conjeturas: si el rival me hace esto, yo…; si me pongo por delante y pasa “tal”, podemos hacer “cual”; si no funciona esto, pasamos a esto otro; etc, yo que sé, mil pensamientos a cerca del partido. Es ahí donde los jugadores “suplentes”, perdón, los jugadores que salen con el partido empezado, son claves. Pueden reconducir una situación adversa, pueden mejorar, pueden ayudar a contener, pero también pueden echar todo a perder; por eso es trabajo del entrenador hacer todo lo posible para que sumen y no resten. Que el jugador no pague su posible desencanto por no salir de inicio, es en parte responsabilidad del entrenador. Luego pasa lo que pasa, un jugador sale mal, echa por tierra cosas del equipo y el primer responsable es él, eso sin duda, pero los entrenadores no podemos mirar hacia otro lado, la película va con nosotros y tenemos influencia ya sea por actuación u omisión. Es una decisión más en el trabajo del entrenador: actuó para intentar que los jugadores con menos minutos sumen haciendo todo lo que esté en mi mano, o paso porque es obligación de esos jugadores intentar sumar al equipo sin que el entrenador les preste una especial atención. Psicología.
Y para terminar tener en cuenta y hacerle ver a esos jugadores que los “suplentes” de hoy, son los “titulares” de mañana, así que todos nuestros esfuerzos en hacerles ver la realidad que no es otra que los jugadores que salen desde el banquillo salen en el momento decisivo del partido. ¿Cantidad o calidad de minutos?
Fuente:. Feintor.com