viernes, 9 de octubre de 2015

¿ QUE HACEMOS CON EL VIRUS DE LAS MALAS NOTAS..?



Muchos padres castigan a sus hijos sin entrenar cuando traen malas notas del colegio. Una situación que no siempre es efectiva y que tiene otras soluciones, según psicólogos y entrenadores

Ya están en marcha la mayor parte de las competiciones deportivas que chorrean Granada cada fin de semana de partidos, carreras o concentraciones. Seguro que los ha visto. Una docena de chiquillos y chiquillas luciendo los colores del mismo chandal, y que marchan rumbo al polideportivo del barrio. Durante estos primeros meses del curso, la actividad deportiva es frenética en los clubes, aunque pronto llega un periodo en el que sus equipos se ven mermados por la ausencia de efectivos.
Esta situación podría describirse como el ‘virus de las malas notas’. No son pocos los padres que para castigar a quienes no se están esforzando por las mañanas en clase les quitan el caramelo de la tarde, la hora de entrenamiento junto a sus compañeros de equipo. La medida, que seguro los más pequeños calificarán de tiránica e injusta, es cierto que suele conllevar un cambio en los resultados ya que para los zagales supone un duro castigo.
Sin embargo, existe sobre esto un intenso debate en el que entran en juego padres, entrenadores y psicólogos infantiles. Estos últimos advierten que la privación de la actividad física no siempre tiene por qué ser el mejor camino para mejorar en los resultados académicos. No cabe duda de que el niño o la niña en edad escolar se divierte en el deporte, pero también lo es que durante esa hora de cada tarde adquieren educación en valores, compañerismo, esfuerzo y disciplina.
Así lo explica la psicóloga Zoraida Rodríguez Vílchez, quien en consulta aconseja a los padres a no retirar a sus hijos del deporte como primera medida, tanto si este es de base como de competición, «la idea es buscar otra solución que no sea el deporte. Si el niño continúa sacando malas notas, podemos decirle que entrenará pero que no competirá. Mantenemos así los valores del esfuerzo pero retiramos un reforzador importante para él: el día del partido», conviene.
Demasiadas oportunidades
Del mismo modo, la psicóloga aconseja de que si esta situación se mantiene en el tiempo «sí podemos plantearnos la solución de apartar al niño del deporte. Ya se le han dado demasiadas oportunidades. Hay que tener en cuenta que de verdad para él, el deporte sea una auténtica fuente de esfuerzo», explica.

A día de hoy los clubes han adoptado un papel fundamental en esta situación y buena parte de ellos, sobre todo los que han profesionalizado su estructura, exigen que sus jugadores cumplan con sus deberes antes de ir a entrenar, «muchos entrenadores me han transmitido que los niños mejoran en el colegio si desde el equipo se les exigen buenas notas. Todos hemos comprobado que cuando queremos algo de verdad, nos esforzamos hasta en términos insospechados para conseguirlo, ahí está la verdadera motivación», subraya la psicóloga.
En el bando de los afectados se posicionan los clubes. Los hay que ya han tomado parte, interaccionando con los padres en el seguimiento diario de los chicos para atajar el problema antes de que sea necesario tomar medidas drásticas. Existe en Granada uno que desde esta misma semana va a llevar a cabo una iniciativa pionera en el organigrama de un club de fútbol. Se trata del Progress R1, entidad que ha comenzado a rodar con el inicio de esta temporada. Entre el cuerpo de entrenadores, fisioterapeutas y demás técnicos, contarán desde hoy con un profesor titulado que imparte clases de refuerzo cada tarde en un aula próxima al campo de entrenamiento.
Así, el padre que lleve a su hijo a entrenar tiene la ventaja de hacerlo una hora antes o dejarlo una hora después y que el chico aproveche ese tiempo repasando la lección de la mañana. «A parte de esto», cuenta Rufo Collado, codirector del Progress R1, «contamos con un profesor en nuestras oficinas que, siempre con el consentimiento del padre, se encarga de ponerse en contacto con el tutor de su hijo para hacer un seguimiento sobre su rendimiento en clase», afirma.
Vías intermedias
Para Collado también existen vías intermedias a la hora de decidir qué hacer con este virus de las malas notas,«si el niño o la niña persiste en sacar malas notas, les decimos a los padres que no dejen de traerlo a los entrenamientos, que vengan y continúen con el trabajo junto al equipo y el fin de semana vienen al partido, pero como castigo, no lo juegan». Aunque también existe el caso contrario, «si en cambio, sacan muy buenas notas, también tenemos que premiarlos. Los elegimos para que representen al club en torneos, que vengan a los campus de verano o encomiamos a los entrenadores a que les den más minutos sobre el campo», resuelve.
La mayoría de los profesionales convergen en que un buen deportista siempre trae consigo buenos resultados académicos. Esto se debe a que el chico o chica que es disciplinado en las tareas del colegio y capaz de llevar un orden en sus deberes, obtendrá los mismos buenos resultados a la hora de conseguir sus objetivos en el deporte. Esto es, marcar más goles, comprender mejor la táctica y ser pieza fundamental en los planes del entrenador.
Al final, el noventa por ciento de la actitud va a depender del propio estudiante y deportista. Empero hay estrategias que ayudan a los padres a que sus hijos alcancen sus objetivos. Para ello, la psicóloga Zoraida Rodríguez incide en la motivación, tarea que no resulta fácil, ya que podemos caer en una arenga negativa. Es decir, recordar o amenazar sobre lo que puede pasar si no cumplimos con nuestros objetivos. «La motivación positiva», explica «implica hacer presentes los beneficios que se obtendrán, implica llegar al corazón y movilizar a la acción. Si eres entrenador o padre o simplemente quieres motivar a alguien, deberías seguir algunos consejos».
Por ejemplo:«recordarle al deportista los beneficios reales que obtendrá si consigue hacer lo que le pides, prueba con ‘esforzarte te hará sentirte orgulloso de ti mismo’. También debes visualizar el resultado: imagina el final del partido, el clamor de la afición, el cansancio del cuerpo y la convicción de haberlo conseguido», son algunos de estos consejos. Aunque también cabe pensar en que a veces es mejor sugerir que ordenar, reforzar la confianza en uno mismo o ayudar a buscar los motivos para que el propio deportista persiga sus metas.
Se trata al fin y al cabo de buscar una vacuna para el virus de las malas notas, una cura preventiva que no perjudique al colectivo.Eso sí, cada techo se rige bajo unas normas, por lo que al final depende del estudiante llegar con buenos números o no, al final de la temporada.

Un incentivo, que no sea un castigo. La fórmula que aplica el CD Zaidín

Para el Club Deportivo Zaidín, entidad que forma alrededor de ciento cincuenta jugadores esta campaña, la educación de sus futbolistas forma parte esencial de su organigrama: «queremos inculcarles valores de competitividad pero, sobre todo, de trabajo en equipo y superación ante las adversidades», afirma José María Rodríguez, miembro de la junta directiva del histórico club blanquiazul que esta temporada cumple su 55 aniversario.
En este sentido, todos los técnicos de la cantera zaidinera van al unísono con una misma línea de trabajo: «cuando algún futbolista va mal en los estudios o ha suspendido un examen y los padres vienen y nos indican que quieren apartarlos del fútbol, nuestros entrenadores tratan de hacerles ver la importancia que tiene el estudio para utilizarlo como un incentivo, que la solución nunca sea alejarlos de la práctica del deporte como vía de castigo», explica.
«En definitiva», conviene José María,«se trata de que ambas actividades vayan cogidas de la mano y que tanto el deporte como el trabajo en equipo que trae consigo, ayude a los niños en una formación integral en la que es fundamental el aspecto académico», subraya. Y es que para el vicepresidente del CDZaidín, «nuestra idea es la de no enfrentar la práctica de la actividad física dentro de un club con el estudio en casa, sino pensar que además de actividades complementarias, el deporte y sus valores pueden incrementar el rendimiento académico elevando la autoestima del alumno por ejemplo y preparándolo tanto para el trabajo individual como para el desarrollo dentro de un colectivo», concluye.

Fuente:. ideal.es

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