jueves, 12 de febrero de 2015

«Álex competía hasta con su sombra» "Guillermo García Agulló"

Guillermo García Agulló,, ante una imagen de Álex López con la camiseta del Celta. JOSÉ PARDO

El entrenador que guio los primeros años del jugador ferrolano repasa su evolución


Pocos entrenadores cuentan con una visión tan amplia del trabajo del fútbol de cantera como Guillermo García Agulló. Vivió desde distintas ópticas la labor con la base. Y dentro de una trayectoria rica, de tres décadas en los banquillos, se convirtió en el descubridor -si vale la expresión- de Álex López, el gran futbolista ferrolano del momento, estrella en el Celta. «Lo conocía cuando tenía 7 u 8 años y jugaba al fútbol sala en el Hórreo. Ya llamaba la atención porque destacaba mucho. Luego pasó al alevín del San Pedro y en su segundo año vino al San Rosendo».
-¿Se lo llevó para allá?
-No. Sus padres me pidieron que viniera. Con nosotros ya jugaban antiguos compañeros suyos del Hórreo, como Borja Fernández Iglesias, Iker, Dani...
-Álex es un futbolista muy versátil. ¿De qué jugaba en aquella primera época?
-Siempre en el centro del campo. Suelo decir que su nombre es medio, su primer apellido, canalizador, y el segundo se podría elegir entre varios. Quien vea otra cosa, está equivocado. Lo suyo es organizar. Tiene que estar en contacto con el balón.
-¿Cómo fue evolucionando en esa época?
-Le gustaba el fútbol con locura. Era de los que bajaban al campo a jugar en los descansos, un deportista en toda la extensión de la palabra. Álex competía hasta con su sombra en los entrenamientos por sus condiciones: afán de superación, compañerismo, ambición y mentalidad para superar reveses, porque también los tuvo.
-En el verano del 2003, la carrera de Álex dio el primer salto, al hacer la pretemporada con el Racing de Luis César y enfrentarse en pretemporada al Deportivo. ¿Se lo sugirió usted?
-Con la selección española, él había sido el mejor jugador del Torneo del Atlántico sub-15. Destacaba y ese verano tuvo muchas novias, como el Dépor, el Celta, el Villarreal, el Valladolid... Unos seis o siete equipos de Primera. Pero quiso quedarse. Yo soy partidario de que los niños se hagan en su entorno familiar. Y el Racing le hizo un contrato con una serie de ayudas para poder entrenar. Pero luego aquí no se supo valorar su talento.
-Cuando un canterano bueno no juega con continuidad, ¿debe buscar una salida a otro club?
-Lo mejor es jugar, siempre, hacerlo donde sea. Si en el Racing no podía jugar, era mejor que lo hiciera en el Val o en el Narón. Porque un adolescente fuera de casa es una bomba de relojería. Iniesta triunfó fuera, pero es una excepción. La mayoría de los niños que triunfan luego en el Barça son catalanes, igual que madrileños en el Madrid y valencianos en el Valencia. Ahora fichan a los niños y se llevan a toda su familia.
-¿Cree que Álex ya alcanzó su máximo nivel ahora en el Celta?
-Puede rendir aún mucho más porque pocas veces actúa donde mejor rinde. Para mí sigue jugando demasiado adelantado. Al tipo de jugador al que más se parece es a Xavi Hernández. No es ni medio centro ni media punta. Tardó en llegar a Primera, pero lo logró. Talentos como él hubo más en Ferrol, pero se torcieron por irse de casa.
-¿Hubo más como él?
-Yo fui seleccionador gallego y algunos no triunfaron por irse como adolescentes fuera de sus casas. A esas edades tu entorno te pone en tu sitio. Si estás fuera solo tienes la toalla para llorar.
-¿Llegó la hora de que lo lleven a la selección?
-Creo que aún no, pero puede llegar. Tiene nivel técnico y condiciones, pero la selección son palabras mayores. Ser un jugador de Primera ya es impresionante; e ir a la selección, otro paso aún más grande.
«Jugué en Madrid de chaval, y luego en Preferente con el Silva y en modestos. Pero a los 26 años me tiraba ya más entrenar y lo dejé», explica Agulló.

Pasó por el Galiano, Arsenal, las selecciones de Ferrol y de Galicia de base, el Racing en varias etapas... «A los 56 años paré, sobre todo porque mi padre estaba mal y lo primero era atenderlo».

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